¿DÓNDE LO DIJO? Lectura: La Opinión Pública y los imaginarios sociales: hacia una re definición del Espiral del Silencio
¿QUIÉN LO DIJO ?

Elisabeth Noelle-Neumann fue una politóloga alemana, la cual estudió periodismo con Emíl Dovifat en Berlín, Filosofía en Könisberg e Historia en Múnich. En EEUU, la alemana amplió sus estudios de periodismo en la Universidad de Missouri. A principios de la Segunda Guerra Mundial, se doctoró en periodismo.
La investigadora alemana Elisabeth Noelle-Neumann a través de su Teoría de la Espiral del Silencio - propone a finales de los años 70 ampliar la definición de opinión pública hacia temas no exclusivamente políticos. La autora concibe la opinión pública en su dimensión psicosocial, convirtiéndola en una especie de ojo público que vigila todos los ámbitos de la esfera social.
¿Qué es?
La teoría de la espiral del silencio parte del supuesto básico de que la mayor parte de las personas tienen miedo al aislamiento y, al manifestar sus opiniones, primero tratan de identificar las ideas, para luego sumarse a la opinión mayoritaria o consensuada. En esta disyuntiva, la principal fuente de información serán los medios de comunicación y estos definirían el clima de opinión sobre los asuntos de que se trate.
Un clima de opinión es una tendencia inespecífica que decanta las tendencias hacia una determinada opción. Este clima se cristaliza en opiniones y votos. Según Noelle-Neumann, un clima de opinión actúa como un fenómeno de contagio ya que la opción aparentemente mayoritaria se extiende rápidamente por toda la sociedad
Tomó la idea manifestada años antes por José Ortega y Gasset (1937). "La vida pública no es sólo política, sino, a la par, y aún antes, intelectual, moral, económica, religiosa; comprende los usos todos colectivos e incluye el modo de vestir y el modo de gozar".
La teoría de la espiral del silencio se explica a partir de cuatro supuestos básicos, todos relacionados entre sí:
- Las personas tenemos un miedo innato al aislamiento.
- La sociedad amenaza con el aislamiento al individuo que se desvía.
- Como consecuencia de ese miedo, el individuo intenta captar corrientes de opinión
- Los resultados de ese cálculo afecta la expresión o el ocultamiento de las opiniones.
Las emociones, al igual que otra serie de constructos, tienen una naturaleza lingüística y una connotación simbólica, el denominado miedo al aislamiento no es una excepción. El miedo es una emoción que aprendemos a sentir, producto de un complejo proceso de socialización. Se presenta como algo creado, intangible, que sólo puede ser expresado a través del lenguaje y en cuyo significado están presentes discursos dominantes cargados de una gran dosis ideológica.
En el trabajo "Medios de comunicación, sociedad y educación" de Tomás Fernández García y Agustín García Rico se sostiene que... [La espiral del silencio] parte del supuesto básico de que la mayor parte de las personas tienen miedo natural al aislamiento, y al manifestar sus opiniones primero tratan de identificar las ideas de los demás, para luego sumarse a la opinión mayoritaria o consensuada. En esta disyuntiva la mayor fuente serán los medios de comunicación y estos definirán el clima de opinión sobre los asuntos que se trate.
El miedo al aislamiento y su connotación esencialista: Peter Berger y Thomas Luckmann (1966), el organismo humano sigue desarrollándose biológicamente aún después de nacer, cuando ya ha establecido relación con su ambiente (y por ende con su cultura). Los medios de comunicación como recreadores simbólicos de la realidad: - Noelle- Neumann resume esta particular influencia mediática en lo que denomina principios de "consonancia" y "acumulación", según los cuales todos los medios y todos los periodistas insisten en los mismos temas y adoptan las mismas posiciones, "canalizando" (Dader, 1990) la atención del público.
Los medios de comunicación como recreadores simbólicos de la realidad
Noelle- Neumann resume esta particular influencia mediática en lo que denomina principios de "consonancia" y "acumulación", según los cuales todos los medios y todos los periodistas insisten en los mismos temas y adoptan las mismas posiciones, "canalizando" (Dader, 1990) la atención del público. Se trataría de una especie de presión ambiental con un efecto de amplificación o unificación temática, creadora -como dice Noelle-Neumann- de una "mayoría silenciosa" incapaz de compartir públicamente su postura, cuando la posición de los media aparece como opuesta. Se crea, así, un marco narrativo que rodea a la afectividad. Este poder de los mass media se explica al analizar su rol como agentes constructores de la realidad social, pero entendiendo esta realidad no como una cosa ontológicamente dada, sino como el resultado de acciones sociales intersubjetivas.

La opinión pública como sistema de control social
La función de control social que la investigadora le otorga a la opinión pública no hace sino elevarla a la categoría de institución. Para Noelle-Neumann, la opinión pública -al igual que la familia, la educación, el derecho o la política- "tiene la misión de integrar la sociedad y asegurar un grado suficiente de cohesión en lo que atañe a valores y objetivos". De este modo, el concepto racional de la opinión pública, centrado en la participación democrática y en el intercambio de opiniones sobre asuntos públicos, queda relegado a un segundo plano. La autora reconoce que el control social se puede ejercer de muchas maneras, tanto explícita como implícitamente. La opinión pública se ubicaría en el último grupo, incluso con ventajas. Pero a pesar de esta característica, se trata de un fenómeno poco estudiado por los investigadores que se dedican al área.
En este mismo sentido, la teoría se construye como una hipótesis sobre lo que se define como "opinión pública" creada por y para los medios: la selección de temas como un qué hay que pensar, la agrupación de categorías como un cómo pensarlo y la estructuración de las jerarquías como qué valor concederle propician la creación de una imagen del mundo que incluye toda una «opinión»
El modelo de propaganda ha sido una tesis repetida en diversos críticos de la comunicación de masas, como, entre otros, Chomsky (1990; 1992), quien establece que los medios están al servicio del poder estatal y empresarial, dada su dependencia económica (publicidad) y de fuentes, de modo que limitan los términos del debate que pueden originar los hechos (teoría de la agenda) haciendo una información que acaba por apoyar al poder establecido.(tomado del blog: ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica).
El poder disciplinario de la opinión pública
La teoría de la soberanía con su organización de un código jurídico ha permitido superponer a los mecanismos de las disciplina un sistema de derecho que ocultaba los procedimientos ("de disciplina") y la eventual técnica de dominación, garantizando a cada cual, a través de la soberanía del Estado, el ejercicio de los propios derechos soberanos. Esto significa que los sistemas jurídicos -trátese de teoría o de códigos- han permitido una democratización de la soberanía con la constitución de un derecho público articulado sobre la soberanía colectiva, en el momento mismo en el que la democratización de la soberanía era fijada en profundidad por los mecanismos de la coerción disciplinaria. (Foucault 1992, 46)
La forma cómo opera el poder detrás de la opinión pública: se trata -a diferencia de la prisión- de un poder disfrazado, cínico, aunque igualmente moral, pero no por ello menos potente. Tal como sostiene Foucault, el poder no es una propiedad, sino que se ejerce; y no se aplica sobre algo o alguien, sino que pasa a través de algo o alguien. Y no existen razones para dudar que este "algo" por donde pasa un tipo de poder político sea la opinión pública.
A manera de conclusión es pertinente expresar que la opinión pública a la luz de la espiral del silencio -concebida como imaginario social- constituye parte del saber. Como tal, es sólo el reflejo de una visión de la realidad que prevalece en una cultura determinada en un momento dado, y surge en situaciones discursivas particulares, pero amparado por un contexto discursivo más general.