¿DÓNDE LO DIJO? Lectura: OPINIÓN PUBLICA, CULTURAS POLÍTICAS Y DEMOCRACIA.
¿QUIÉN LO DIJO?

Pedro Santana Rodríguez
Pedro Santana Rodríguez, es director de la Revista Sur. Sociólogo y filósofo, fundador y Director de la Fundación Foro Nacional por Colombia, fue fundador y Presidente de la Corporación Viva La Ciudadanía, y miembro y vocero de la Red Observatorio Euro latinoamericano de Desarrollo Democrático y Social (Euralat) y del Consejo Internacional del Foro Social Mundial.
¿QUÉ ES?
Opinión pública y democracia
Una teoría sobre la democracia implica necesariamente una hipótesis sobre la opinión pública, dado que la democracia como gobierno basado en la decisión soberana de los ciudadanos, presupone la expresión libre de los mismos, la cual se manifiesta como opinión libre, colectiva, que sea escuchada además por los otros.
Dicho esto, como nos lo recuerda el profesor Giovanni Sartori, debemos interrogarnos sobre el por qué decimos «opinión»; en segundo término por qué decimos pública y en tercer lugar qué relación tiene esa opinión con el consenso. Estos son los tres componentes centrales o iniciales que debemos despejar para acercarnos a un tratamiento adecuado del tema.
En términos de Habermas sería una opinión pública como consenso racional acerca del bien común2 . No obstante la categoría del «bien común» lejos de ser evidente por sí misma nos proyecta a otro debate; en primer lugar, a la discusión sobre si en realidad existe un interés común o un interés colectivo o general y, en segundo lugar, a cómo se llega a la construcción de un interés público o general.
Otro aspecto de la cuestión es por qué llamamos a esas ideas expresadas por los sujetos democráticos opinión pública y no de otra manera. Como lo demuestra Habermas ideas u opiniones son expresadas no por doctos, es decir, no como saberes sino más bien como doxa, es decir, como opinión.
Consenso y opinión pública
Nos referimos a consenso en el estricto sentido que lo hace Sartori «consenso no es un aprobar activo, explícito y específico. Consenso según su etimología, es un «sentir conjunto» que es un sentir común, compartido y, en consecuencia, ligante o cuanto menos coligante. Por lo tanto consenso no es aprobar basta con que sea aceptar. Ahora bien, ¿compartir o aceptar qué? Con referencia a la democracia es necesario distinguir entre tres objetos y niveles de consenso: a. La aceptación de valores últimos; b. de reglas del juego y, c. de gobiernos. El primer consenso alude a acuerdos básicos a nivel de comunidad; el segundo a acuerdos con respecto al régimen y el tercero a nivel de gobierno o sobre políticas de gobierno.
Es por ello que la noción de opinión pública está íntimamente relacionada con la noción de ese sistema de valores, creencias, virtudes, que una sociedad crea y recrea cotidianamente.
La opinión está expresada en un conjunto de estados mentales difundidos (opinión) que interactúan de acuerdo con flujos de información que son recibidos por el público, que está conformado por sujetos individuales y colectivos. Hay que decir que la opinión pública es parte constitutiva de la sociedad civil y es quizás la forma como ésta interactúa frente a bienes públicos o a poderes públicos.
Cultura política y
formación de la
opinión pública
La opinión pública expresa una
determinada cultura puesto que es la
concreción de la forma como piensa
y opina un pueblo con respecto tanto a las reglas mínimas como a las disputas de intereses, a las coaliciones
de gobierno, a las actuaciones de los
gobernantes, y en fin, a la agenda de
problemas que esa opinión juzga que
son básicos en cada momento de su
desarrollo.
En sociedades fuertemente elitizadas como las nuestras los
movimientos sociales han logrado
poner en la agenda de la opinión pública problemas y actores ignorados
por la monopolización de los
formadores de opinión. Así
pues, las organizaciones tanto sociales como políticas son
también emisores de significados y sus mensajes también
concurren a la formación de
la doxa, esto es, de la opinión
que tienen los ciudadanos
medios de cierto tipo de temas o problemas.

Conclusiones
iniciales
Parte
del debate contemporáneo sobre esta
construcción destaca que los intereses generales o públicos se elaboran
partiendo del reconocimiento de los
intereses diversos, sectoriales, de género, ambientales, laborales, es decir,
del reconocimiento de las diferencias
y de la necesidad de su negociación.
La opinión pública es el resultado de procesos colectivos e individuales y en su formación juegan un papel
destacado los medios de comunicación. Para contar con una opinión pública democrática es necesario trabajar por la construcción, en nuestras sociedades, de medios de
comunicación independientes de los
grandes poderes económicos y políticos y al mismo tiempo de fuertes organizaciones y movimientos sociales
que tengan la capacidad de influir en
la agenda de los debates públicos. En
sociedades con fuertes exclusiones
sociales y grandes desigualdades,
como son las sociedades de América
Latina, es imprescindible la construcción de fuertes movimientos sociales
y políticos que además de la denuncia formulen alternativas de resolución a las agobiantes necesidades de
orden económico y social.