Orígenes Históricos de la Noción de Opinión Pública
Problemas Respecto a la Opinión Pública: Esfera Pública y Comunicación. Vicent Price.
Para Entenderlo Mejor...
¿Qué es?
Opinión Pública
La combinación de público y opinión en una expresión única, utilizada para referirse a juicios colectivos fuera de la esfera del gobierno que afectan a la toma de decisiones políticas, puede incluso tener una función como forma de presión social en donde una comunidad o sociedad determina alce su voz contra el acontecer sociopolítico del momento, donde realmente exista esta única voz ante lo que ocurre.
Del pueblo y para el pueblo, dijo Abraham Lincoln haciendo referencia al concepto.
Al pretender definir el concepto de opinión pública "se ha disuelto cada vez más hasta volverse totalmente inútil a efectos prácticos" (Noelle-Neumann 2003: 83). El concepto de opinión pública es ambiguo, difícil de delimitar; siempre problemático. No obstante, pocos conceptos han creado un interés social y político y, por supuesto un debate intelectual tan intenso como el que ha suscitado el concepto de opinión pública. Y a pesar de la dificultad de encontrar una definición general y unívoca de la opinión pública que sea aceptable para la mayoría de sus estudios, esto "no significa, sin embargo, que "opinión pública" sea algo, en ningún sentido, carente de significado.
El concepto continúa utilizándose en investigación, en artículos sobre el gobierno, y en explicaciones de la conducta social humana, tanto desde el punto de vista científico como desde cualquier otro. Y el propio hecho de su uso continuado puede considerarse como firme testimonio de la existencia del significado" (Price 1994: 18).
No olvidemos que la opinión pública es un fenómeno comunicativo y psicosocial que depende del contexto histórico y sociocultural. Depende del tipo de sociedad y de los intereses políticos del momento; al mismo tiempo que es producto de varios factores: de la personalidad de los individuos, de los estratos sociales, de la forma de gobierno, del sistema educativo imperante, de la acción de los medios de comunicación.
Principales problemas relativos a la opinión pública
Según Price, son cinco
problemas básicos que acosan al público moderno, sujeto preferente de la
opinión pública.
1) Falta de competencia: Las reservas respecto a la capacidad del público para dirigir los asuntos públicos datan de muy antiguo. Al menos desde Platón.
El principal argumento de autores como Lippmann (2001) tiene que ver con la idea de que la teoría democrática pide demasiado a los ciudadanos ordinarios. No puede esperarse de ellos que actúen como legisladores, que sean activos y se impliquen en todos los asuntos importantes del momento.
Los ciudadanos forman sus opiniones a partir de informaciones gravemente incompletas, manteniendo poco o ningún contacto con los hechos reales. Filtran lo que ven y oyen a través de sus propios prejuicios y temores.
2) Falta de recursos: Dewey consideraba que el problema de la opinión pública, sin embargo, tenía más que ver que con la falta de métodos suficientes para la comunicación pública mucho antes que con la incompetencia del público señalada por Lippmann.
La respuesta, en parte, es la educación. La idea era un tipo de ciencia social basada en la comunidad que difundiera sus interpretaciones al público por medio de presentaciones en la prensa popular.
Los ciudadanos no necesitan implicarse en todos los detalles del gobierno diario de lo público. Lo que los ciudadanos necesitan es un sistema político competitivo con un liderazgo fuerte con controversias y alternativas claras.
3) Tiranía de la mayoría: Un tercer problema de la opinión pública tiene que ver con la posibilidad de que en ésta prevalezca una mediocridad de la opinión.
Que frente a amplias mayorías, los puntos de vista de importantes minorías, aun siendo válidos, no puedan hacerse valer con fuerza.
El poder de la mayoría podría resultar problemático con el tiempo. Para Price, una democracia debe cultivar una individualidad vigorosa en sus ciudadanos para asegurar que los asuntos minoritarios sean apoyados adecuadamente.
4) Susceptibilidad a la persuasión, especialmente a enunciados altamente emocionales y no racionales. Consiste en el uso de símbolos que unen emociones tras haber sido separadas de sus ideas.
En este punto, Price destaca la capacidad de los medios de comunicación para precipitar la conducta irracional de las masas. Durante los primeros pasos en el estudio de la opinión pública, su relación con la persuasión ha ido de la mano.
5) Dominio de las elites: Se trata aquí la cuestión de la domesticación de las creencias de la masa. La pasividad creciente de los públicos puede relacionarse con el dominio de la actividad política por parte del gobierno y de las elites.
Para Price (y Stuart Mill) la población (americana) ha sido transformada por los medios de comunicación en un mercado que consume, más que en un público que produce ideas y opiniones.
¿Quién lo dijo?
Hasta el Renacimiento no vuelve a haber actividad intelectual sobre la generación de la opinión pública. Maquiavelo en 'El Príncipe' se preocupa por aconsejar a los gobernantes acerca de la importancia de lo que piensa el 'vulgo', aquellos que se guían por las apariencias." (Adamo, 4)

"La opinión se consideraba, entonces, como equivalente a la imagen que los súbditos tenían del príncipe o de los gobernantes. Por tanto, según Maquiavelo, para gobernar sólo era necesario conocer la imagen que el vulgo 'esperaba' de su gobernante y, simplemente, ofrecérsela." (Adamo, 4)
El concepto de 'opinión pública' lo crea Michel de Montaigne en el siglo XVI: lo que puede pensar la gente de uno.
También la emplea para indicar cómo podían cambiarse las costumbres y las ideas morales: "Para combatirla [la pederastia] Platón aconsejó que la condenase la opinión pública. Pidió que los poetas representasen ese vicio como execrable, creando así una opinión pública sobre el tema. Aunque la nueva opinión negativa pudiera ir en contra de la opinión mayoritaria, podría, si se presentase como la opinión predominante, acabar siendo aceptada [...]". (Noelle, 93)
Importancia de la opinión en la vida pública: "Si las montañas pueden poner límites a la 'verdad', la opinión debe tener un aspecto social y su reino una límites rigurosos." (Noelle, 94)
Rousseau (1762): relaciona la opinión pública con la reputación (Maquiavelo, Locke, Hume)
Tocqueville
La igualdad causa el predominio de la opinión pública: "Pero su inclinación a creer en la multitud aumenta, y la opinión es más que nunca la dueña del mundo... En periodos de igualdad, los hombres no tienen fe en los otros debido a su semejanza; pero esa misma semejanza les da un a confianza casi ilimitada en el juicio del común del pueblo." (Noelle, 124): la opinión de la mayoría numérica.
Kant: Doble función de la opinión pública
1. Para que el pueblo sea capaz de ejercer la libertad de actuar, mientras en su opinión se verifique la verdad. 2. Para que el estado absoluto trate a las personas no como máquinas sino según su propia dignidad.
Hegel: la opinión pública es la manifestación de juicios y opiniones de individuos particulares sobre asuntos generales: puntos de vista subjetivos: sociedad desorganizada
Thomas Jefferson: hay que instruir, informar y educar a la opinión pública en vez de crearle limitaciones institucionales.
¿Dónde lo Dijo?

Walter Lippmann en su obra Opinión pública trata de la formación de un modelo de opinión pública dependiendo de los medios de comunicación. Demostró que los medios informativos, esas ventanas abiertas al inmenso mundo que queda más allá de nuestra experiencia directa, determinan los mapas cognitivos que nos hacemos de él. La opinión pública, sostiene Lippmann, responde, no al entorno, sino a un seudoentorno construido por los medios informativos. Lo que viene a decir el autor es que entre el entorno y los individuos está la presencia de un seudoentorno que estimula su comportamiento. Lippmann hace la siguiente aclaración:
"Podemos tener la certeza de que en el ámbito de la vida social, lo que se denomina adaptación de los individuos al entorno tiene lugar por medio de ficciones. Cuando decimos ficciones no queremos decir mentiras, sino representaciones del entorno que en mayor o menor grado son obra de los individuos. La ficción cubre toda la gama, desde la alucinación pura al empleo plenamente consciente de modelos esquemáticos por parte de los científicos, e incluso a su decisión de que con respecto a un problema en particular, la exactitud más allá de un número determinado de decimales carece de importancia. Las ficciones pueden tener casi cualquier grado de fidelidad. Lo importante es tenerlo presente, para evitar llamarnos a engaño" (Lippmann 2003: 33).